En 2021 se va a celebrar un nuevo Año Jubilar en el Camino de Santiago y por eso hemos recorrido en e-Bike esta ruta juntando el Francés y Lebaniego.
La experiencia en una e-bike es parecida a una bici normal, aunque no exactamente igual. Hacer las etapas previamente a modo de reconocimiento me parecía fundamental para ofrecer el año que viene el producto a las agencias. Y hacia Saint Jean Pie de Port me dirigí.
Pero antes había que preparar el material.
Logística y material del Camino en e-bike.
Cuando vayamos con clientes la logística será más sencilla ya que llevamos furgoneta de apoyo y un mecánico, que se va a ocupar del mantenimiento de las e-bike una vez finalice cada etapa y donde podemos llevar las maletas hasta el hotel tras cada jornada. Pero al ir solo tenía que mirar muy bien el espacio disponible en las alforjas y lo que yo creía que iba a necesitar en el Camino. Al final me sobraron cosas.
Aparte de la ropa de agua por si llovía, tuve que llevar un pequeño ´quit´de reparaciones (el mismo que llevo en las rutas de un día) y el bote de grasa para darle de “comer” también a la cadena de vez en cuando. Tengo que decir que la Haibike 3.0 Sduro con doble suspensión se ha comportado de maravilla. Ni un solo problema. Ni siquiera un pinchazo a pesar de bajar desde Roncesvalles por el Alto de Erro (tramo bien conocido por su tecnicidad).
Teniendo en cuenta que empecé el Camino Francés en Saint Jean Pie de Port el 28 de Octubre, este es el listado de cosas que considero hay que llevar en la “burra” si no tienes asistencia:
- Quit de reparación y mantenimiento
- Alforjas traseras y delanteras (ojo los modelos para doble suspensión)
- 1 mallot y culote de verano y 1 de invierno (en los albergues hay lavadora y secadora)
- Cargador de la batería (y en mi caso la llave para quitarla)
- Gafas de sol y guantes
- Calcetines de agua y normales
- Sandalias o calzado de repuesto para el final de etapa (con barro y pies mojados no mola)
- Neceser de aseo personal
- Chaqueta cortavientos y de agua
- Plumífero ligero (por la noche refresca si quieres salir a tomar algo o cenar fuera)
- Ropa de muda (pantalón, camiseta, calcetines..)
Etapa 0. Irún – Saint Jean Pie de Port.
Aunque sea una etapa de transición por carretera, he querido recordar este tramo por la belleza de la costa de Endaia a San Juan de Luz y la Ruta de los Quesos.
Tras 9 horas y media y varios trenes desde Unquera a Santander, Bilbao, San Sebastián e Irún, no me apetecía otra jornada de `tra-ca-tra´ ni ´chu-ku-chu´, así que decido arrancar bien temprano sabiendo que me espera una larga jornada. Apenas hay luz y el día es gris, pero los surfers ya están pillando las primeras olas en la playa de Endaia.. no puedo evitar pensar en la tabla de SUP pero como decía mi abuela, “no se puede estar en misa y repicando campanas”. Aparte que hay un “maretrón” del 15!
Me gusta la idea de salir del mar hacia la montaña, aunque seguramente no lo incluyamos en el diseño final del Camino de Santiago Francés en e-bike. Vigilando en el primer alto, se encuentra El castillo de Abbadie, un château francés del siglo XIX que parece controlar el paso a Hendaya. Estoy en el departamento de los Pirineos Atlánticos.
Los apenas 13 km hasta San Juan de Luz me pasan volando, carretera buena y sin apenas tráfico a esas horas. En verano debe ser otro cantar. Entro por el puerto y decido para a descansar las posaderas y calentar un poco tomando un café en la plaza de mercado.
– bonjour, petite crème s’il vous plait.
– deux avec cinquante s’il vous plaît
– merci (ya puede estar bueno bastardo, pienso para mis adentros)
Mojo en el café con leche el croissant y salgo de este bonito pueblo pesquero hacia los Pirineos. No había planificado esta etapa y busco en el mapa una ruta de montaña alternativa que me lleve a mi destino, pero de repente, por la carretera secundaria veo un letrero que reza: “route du fromage”. Y una voz en mi cabeza:
– Me encanta el queso!
– pues sigue las señales y déjate de aventuras que lo importante es el Camino y solo tienes 10 días.
– Y tú quien coño eres?
– Tu conciencia chavalín!
– Entonces de desviarnos al bosque de Irati ni hablamos, no?
– Anda tira pa´lante que todavía te llevas un guantazo.
A media mañana llego a un pueblo con todas las casas adornadas con largas ristras de pimientos rojos secando al sol en fachadas, balcones y ventanas. Espelette tiene un encanto especial y el día acompaña. Me tomo una “vascola” en una terraza y saco varias fotos para el recuerdo y como voy bien de tiempo, hago una visita al museo del pimiento y a una chocolatería que sería la perdición de cualquier adicto al cacao. “Antton chocolatier”, chocolats de Pays Basque. La tentación es demasiado fuerte y como buen ´yonkicao´ cedo a la petición de azúcar de mi cuerpo, aunque eso sí, con una pureza del 70% que tampoco hay que pasarse.
Sigo el cauce del río La Nive y me pregunto si habrá alguna empresa que haga descensos en canoa como nosotros en el Cares y Deva. En Bidarray encuentro la respuesta. En un paso estrecho veo desde la carretera a un Guía de hidrospeed explicando a varios clientes cómo hay que hacer ese tramo. Me paro para ´georeferenciar´ con foto y observo que se acercan cuatro lanchas de rafting. Todos bien equipados con casco y chalecos de 50 N de flotabilidad. No hay mucho caudal y pasan sin problema pero Lionel, precursor en esta zona, me ha contado que organizan alguna competición de Aguas blancas con los chavales de los pueblos cercanos, e incluso están empezando a bajar en tablas de Stand Up Paddle. Me sorprende lo asequible de las tarifas y guardo su contacto para volver algún día.
Recorrer el País Vasco-Francés y no probar la ´Cuisine traditionelle avec les produits de la maison´ sería muy poco inteligente para un guía que presume de vender “eco-experiencias” en Picos de Europa. La suerte (repito que esta etapa no estaba planeada) me lleva a dar con el Restaurante Du Trinquet en Louhossoa y tras contarle al simpático camarero mi aventura con la e-bike, dejo que me aconseje sobre los platos que tienen en la carta mientras pongo a cargar la batería. Todo delicioso y nada caro. ¡¡¡Vive la France!!!
Os acordáis que dije que era la “Routte del Fromage”, ¿verdad? Pues tras reanudar la marcha, unos kilómetros más adelante me fijo que justo al lado de la carretera hay un caserío rural bastante grande con productos locales ecológicos. Y para mi sorpresa, están MAYANDO MANZANA PARA HACER SIDRA!!! Si esto no es una señal de los dioses celtas ya me dirás, pienso. Me sale la vena asturiana e intento explicarle al franchute que vengo de “la tierra dónde más sidra se bebe en el mundo y del famoso queso Cabrales”.
– je ne le connais pas – me espeta el gabacho.
– Cela n’est pas possible!! respondo medio ofendido y dolido en mi orgullo. Como es posible que no hayan oído hablar de nuestro queso y de la sidra! Asturias es España y lo demás tierra conquistada!!! – grito levantando los brazos como si fuera el mismísimo Pelayo ante la cara atónita de todo el personal.
Dejo a los vasco-franceses con sus labores y me llevo un trozo de queso de cabra (bastante caro por cierto) y con el ´fierté` más jodido que mi trasero y espalda (ya empiezan a notarse los kms y no se pa que cojones traje la mochila) me subo de nuevo a la bici y ya no paro hasta Saint Jean Pie de Port.
Etapa 1. Saint Jean Pie de Port – Refuge Orisson – Roncesvalles – Villaba.
(Continuar leyendo..)
Delicioso